Relatos eróticos, juegos sexuales, fotos caseras y sexo.
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jueves, 26 de enero de 2012
Pistas para saber si te es infiel
La verdad siempre se sabe, por los descuidos que muchas personas tienen al engañar a sus parejas.
Dicen que la infidelidad es un arte que puede aprenderse, pero también comentan que la verdad, al final, siempre se sabe.
Las personas que deciden ser infieles entran en un juego difícil de mantener, porque siempre hay pequeñas pistas que se pueden dejar en el camino, y por ende, potenciales a ser descubiertas por nuestra pareja.
De acuerdo al sitio diariofemenino.com, hay ciertas cosas que hacen las personas infieles que, aunque parezcan parte de la vida cotidiana, pueden delatarlas y que además son totalmente predecibles.
1. Mejor apariencia. Normalmente la persona que es infiel, cambia de pronto el cuidado que pone en su arreglo personal, y no precisamente para salir con su pareja.
Si acostumbras a vestirte de manera casual y de pronto pones mayor atención en cómo combinas los zapatos, en el peinado o el tipo de ropa que vistes, puedes estar dando sospechas. Algunas personas para evitar ser descubiertas, prefieren hacer esos arreglos “extras” en el auto.
2. La tecnologia. Probablemente, la forma más fácil de descubrir una infidelidad es a través de la tecnología. Si de pronto se reciben muchos mensajes de texto, se chatea todo el día o se reciben llamadas a horas inadecuadas, seguro se levantarán sospechas.
Esconderse en el baño para contestar los mensajes es también algo común en los infieles. Para evitar ser descubiertos, algunos bloquean con un código su teléfono o prefieren tener otro en calidad de “secreto”.
Los correos electrónicos y mensajes a través de las redes sociales también son pistas que pueden descubrirse, por lo que muchos infieles borran sus mensajes inmediatamente después de leerlos.
3. Deseo sexual. Cuando se tiene un amante es común que la vida sexual con la pareja sufra cambios en su frecuencia o intensidad. Si una persona está teniendo una aventura y no está segura de querer terminar con su pareja, lo recomendable es que no se muestre ni con poco deseo, ni con mucho.
Si esa “canita al aire” ha despertado de nuevo la pasión con tu pareja, habla con ella y proponle probar cosas nuevas en la cama.
4. Las mentiras. La infidelidad y las mentiras van de la mano, y normalmente a quien se miente es a la pareja. Para evitarse problemas, en este caso, los infieles prefieren tener contacto con su amante sólo una vez o aclarar desde el principio que lo único que se busca es tener sexo.
Muchas personas infieles son descubiertas porque sus amantes no saben que sólo son parte de una relación ocasional y son quienes al final, dicen la verdad a las parejas formales.
5. Discreción. Lo ideal es tener discreción y no dejar que alguien más se entere de la aventura más que los propios amantes. Sin embargo, hay ocasiones en que la infidelidad es descubierta por asistir a lugares donde los infieles pueden ser reconocidos y vistos en compañía de su amante.
Esto termina dañando mucho a la pareja, pues además de estar siendo traicionada, se está jugando con su imagen pública; no hay nada más doloroso que descubrir que lo sabía todo el mundo menos uno mismo.
6. Recibos de compra. Los comprobantes de compra también son pistas comunes para descubrir si alguien es infiel. Normalmente, los infieles los tiran inmediatamente después de haber comprado algún regalo o de pagar el hotel.
Otra forma de descubrir si se tiene un(a) amante, es revisando los estados de cuenta de la tarjeta de crédito. Existen casos en que no se tiene cuidado con los regalos recibidos por “la otra” persona y la pareja termina cuestionando su origen, por lo que quienes mantienen una infidelidad, prefieren mantener los obsequios en secreto, para así evitar el sentimiento de culpa y no tener que mentir tanto a su pareja.
7. Amante casual. Hay personas que aseguran amar y adorar a su pareja, pero a pesar de ello necesitar un poco de emoción de vez en cuando.
Este tipo de infidelidad es la que menos pistas deja, pues la discreción es el principal objetivo.
No hablan con nadie de sus amantes, no cometen la infidelidad más de dos veces con la misma persona, e incluso no proporcionan su número telefónico ni datos que puedan hacerlos localizables.
También, tienen mucho cuidado en dejarse fotografiar con sus amantes, pues podrían ser publicadas posteriormente en redes sociales
8. Excusa laboral. Decir que se trabajará hasta tarde, al principio, puede ser una buena herramienta para los infieles, pero a la larga se convierte en un factor de sospecha muy poderoso.
Esto puede llegar a ser muy estresante, sobretodo si la pareja como un detalle, decide visitarte de sorpresa en tu trabajo para invitarte a comer y no te encuentra. Si se tienen niños, jamás deben usarse como excusa, es imperdonable involucrar a los hijos en actos de infidelidad
9. Sexo por internet. Los sitios que ofrecen citas y encuentro a través de internet son de los más usados por los infieles, pues es la forma más sencilla y discreta de conocer a alguien que tenga los mismos deseos.
Estas son algunas de las pistas más fáciles de descubrir, sobretodo si la computadora que se utiliza para visitar estos sitios, es la que se tiene en casa. Para empezar el pasar mucho tiempo frente a la pantalla puede generar sospechas y la prueba más evidente, es el registro de las páginas de internet acumuladas en el historial del navegador.
10. Medir los riesgos. La peor razón para cometer una infidelidad es “seguir la corriente” e imitar a alguna amistad que le esté siendo infiel a su pareja. Cometer una no sólo representa mentir, también existen otros riesgos de salud y sociales que pueden traer consecuencias irremediables.
Llegar a ese punto, además de dejar al descubierto la infidelidad, cierra las probabilidades de que haya una reconciliación. En este caso se debe de hacer una balanza de los puntos buenos y negativos de la pareja, para poder tomar la decisión correcta respecto a seguir o no juntos.
martes, 24 de enero de 2012
El primer relato erótico
Mi nombre es Ángela, tengo 24 años y trabajo en una oficina de secretaria. Me gusta mi trabajo porque tengo mucha tranquilidad para hacer todo el papeleo, casi siempre estoy sola en la ofi, excepto de unas pocas veces que pasaban mis jefes con previo aviso.
Un día, que no tenía muchas ganas de trabajar, me metí en Internet y empecé a leer unos cuántos relatos eróticos, me gustaba la fantasía de practicar sexo con un extraño maduro, por ejemplo.
Y en mitad del relato, entró un chico preguntando con acento de extraño si le podíamos ofrecer trabajo en una obra, y le dije que de momento no necesitábamos a nadie, intenté todo para acortar su visita para poder leer ese relato tan excitante que había dejado mi tanga mojada y a mi con unas ganas de tocarme los pechos y el clítoris que me picaba de tantas ganas.
Pero el chico no quiso, empezó a hacerme cumplidos, decía que le gustaría estar con una chica tan simpática como yo y el tipo seguía.
Le miré bien, y no me gustaba nada, era bajito, feo de cara y de cuerpo, demasiado desesperado, parecía que nunca había estado tan cerca de una chica como yo, me decía todo el tiempo que yo era la chica mas guapa que había visto jamás.
En ese momento pensé jugar un poco con el; ya no intenté acortar la conversación, al contrario. Quería pasármelo bien y empecé a tocarme el pelo, decirle que estaba muy sola últimamente, que ningún hombre me entendía, empecé a desabrocharme un botón de mi blusa y le miré con ojos de gatita.
El chico se quedó en blanco, pero con una sonrisa muy grande.
En ese momento le pregunté si realmente tenia ganas de estar con una chica como yo, y claro, me dijo que si.
-Que me harías? Que te gustaría hacer?
El: me gustaría tocar tus pechos.
Agarré su mano derecha y la metí bajo mi blusa, al principio se quedó perplejo pero a los 2 segundos empezó masajearme mis pechos con torpeza, lo que me excitó mas todavía. Entonces le pregunté de nuevo:
Que harías después de tocarme el pecho?
Me dijo que le gustaría tocar mi ... pensé,esta loco, pero voy a cumplir , a ver como reacciona.
Me abrí de piernas, subí mi falda y aparté la tanga para que salieran mis labios carnosos esperando alguna caricia. Me miró, no lo podía creer, lo que me ponía más cachonda todavía. Se arrodilló delante mía y empezó a tocarme ... con dos dedos con muchos cuidado pero igual de torpe y mirando cada detalle. Incluso me preguntó si podía hacer una foto de mi ... mis pechos para recordarlo todo mas adelante. Le dije que sí, pero para mas tarde, porque quería que me lamiera mis partes ya húmedas , tomé su cabeza entre mis manos y le apreté hacia mi sexo, después le aparté un poco, le cogí el dedo índice suyo y me lo metí dentro de mi ... lo saqué y lo metí con mas fuerza como a mi me gusta, repetí varias veces, y me encantaba. Empecé a ponerme mas cachonda tenía tantas ganas de ser penetrada ya pero me aguanté para alargar ese placer.
Le saqué su dedo y me cogí dos y me los metí de nuevo, y de nuevo, mmh como disfruté con ese juego, después me metí sus tres dedos, mientras yo me tocaba mis tetas pellizcando mis pezones. De vez en cuando le tenía que subir la vista para que no se perdiera nada de lo que estaba haciendo yo.
Le enseñé como tocarme el clítoris, como penetrarme con su lengua, era fabuloso.. quien iba a saber que un chico tan feo se dejaba manejar tan fácil no me arrepentí ni lo mas mínimo.
Entonces llegó el momento de bajarle yo los pantalones sin marca, sucios; yo arrodillada y el sentado en mi silla de secretaria.
Me encontré con una ... hermosa, bien grande y rígida, me acerqué lentamente, me humedecí los labios y empecé a lamerle la ... entera, me la metí con todas mis ganas en la boca, bien adentro, la saqué para acercarme a sus huevos durísimos, se los chupé enteros, y me ponía cada vez mas cachonda, me encantaba chuparle la ... a ese desconocido, le iba a dar una lección de lo que es capaz de hacer una chica guapa sentada todo el día en una oficina.
Y si, se lo demostré porque al poco tiempo empezó a retorcerse del gusto del orgasmo que le estaba pasando; y se vino en mi boca. Me tragué la mitad, la otra mitad la restregué en mis tetas. Me daba tanto gusto sentir su leche encima de mi, que empecé a masturbarme delante de el, ya me había subido a la mesa- justo enfrente de el, y ahí estaba masturbándome como una loca, cachondisima, rogándole que me penetrara, y gracias a dios, hizo lo que le había pedido, con una fuerza tremenda, ya no sabia por donde sujetarme.
Me daba bien fuerte, y además con unos movimientos circulares, le sentí tanto, que solamente podía chillar del gusto que me daba ese wey.
Recordando ese encuentro con ese chico, la verdad es que no me acuerdo de las veces que me he venido, pero fue mi mejor experiencia sexual.
Todavía utilizo esa experiencia para masturbarme con mi juguete. Espero que les pueda servir mi experiencia igual que a mi.
Un día, que no tenía muchas ganas de trabajar, me metí en Internet y empecé a leer unos cuántos relatos eróticos, me gustaba la fantasía de practicar sexo con un extraño maduro, por ejemplo.
Y en mitad del relato, entró un chico preguntando con acento de extraño si le podíamos ofrecer trabajo en una obra, y le dije que de momento no necesitábamos a nadie, intenté todo para acortar su visita para poder leer ese relato tan excitante que había dejado mi tanga mojada y a mi con unas ganas de tocarme los pechos y el clítoris que me picaba de tantas ganas.
Pero el chico no quiso, empezó a hacerme cumplidos, decía que le gustaría estar con una chica tan simpática como yo y el tipo seguía.
Le miré bien, y no me gustaba nada, era bajito, feo de cara y de cuerpo, demasiado desesperado, parecía que nunca había estado tan cerca de una chica como yo, me decía todo el tiempo que yo era la chica mas guapa que había visto jamás.
En ese momento pensé jugar un poco con el; ya no intenté acortar la conversación, al contrario. Quería pasármelo bien y empecé a tocarme el pelo, decirle que estaba muy sola últimamente, que ningún hombre me entendía, empecé a desabrocharme un botón de mi blusa y le miré con ojos de gatita.
El chico se quedó en blanco, pero con una sonrisa muy grande.
En ese momento le pregunté si realmente tenia ganas de estar con una chica como yo, y claro, me dijo que si.
-Que me harías? Que te gustaría hacer?
El: me gustaría tocar tus pechos.
Agarré su mano derecha y la metí bajo mi blusa, al principio se quedó perplejo pero a los 2 segundos empezó masajearme mis pechos con torpeza, lo que me excitó mas todavía. Entonces le pregunté de nuevo:
Que harías después de tocarme el pecho?
Me dijo que le gustaría tocar mi ... pensé,esta loco, pero voy a cumplir , a ver como reacciona.
Me abrí de piernas, subí mi falda y aparté la tanga para que salieran mis labios carnosos esperando alguna caricia. Me miró, no lo podía creer, lo que me ponía más cachonda todavía. Se arrodilló delante mía y empezó a tocarme ... con dos dedos con muchos cuidado pero igual de torpe y mirando cada detalle. Incluso me preguntó si podía hacer una foto de mi ... mis pechos para recordarlo todo mas adelante. Le dije que sí, pero para mas tarde, porque quería que me lamiera mis partes ya húmedas , tomé su cabeza entre mis manos y le apreté hacia mi sexo, después le aparté un poco, le cogí el dedo índice suyo y me lo metí dentro de mi ... lo saqué y lo metí con mas fuerza como a mi me gusta, repetí varias veces, y me encantaba. Empecé a ponerme mas cachonda tenía tantas ganas de ser penetrada ya pero me aguanté para alargar ese placer.
Le saqué su dedo y me cogí dos y me los metí de nuevo, y de nuevo, mmh como disfruté con ese juego, después me metí sus tres dedos, mientras yo me tocaba mis tetas pellizcando mis pezones. De vez en cuando le tenía que subir la vista para que no se perdiera nada de lo que estaba haciendo yo.
Le enseñé como tocarme el clítoris, como penetrarme con su lengua, era fabuloso.. quien iba a saber que un chico tan feo se dejaba manejar tan fácil no me arrepentí ni lo mas mínimo.
Entonces llegó el momento de bajarle yo los pantalones sin marca, sucios; yo arrodillada y el sentado en mi silla de secretaria.
Me encontré con una ... hermosa, bien grande y rígida, me acerqué lentamente, me humedecí los labios y empecé a lamerle la ... entera, me la metí con todas mis ganas en la boca, bien adentro, la saqué para acercarme a sus huevos durísimos, se los chupé enteros, y me ponía cada vez mas cachonda, me encantaba chuparle la ... a ese desconocido, le iba a dar una lección de lo que es capaz de hacer una chica guapa sentada todo el día en una oficina.
Y si, se lo demostré porque al poco tiempo empezó a retorcerse del gusto del orgasmo que le estaba pasando; y se vino en mi boca. Me tragué la mitad, la otra mitad la restregué en mis tetas. Me daba tanto gusto sentir su leche encima de mi, que empecé a masturbarme delante de el, ya me había subido a la mesa- justo enfrente de el, y ahí estaba masturbándome como una loca, cachondisima, rogándole que me penetrara, y gracias a dios, hizo lo que le había pedido, con una fuerza tremenda, ya no sabia por donde sujetarme.
Me daba bien fuerte, y además con unos movimientos circulares, le sentí tanto, que solamente podía chillar del gusto que me daba ese wey.
Recordando ese encuentro con ese chico, la verdad es que no me acuerdo de las veces que me he venido, pero fue mi mejor experiencia sexual.
Todavía utilizo esa experiencia para masturbarme con mi juguete. Espero que les pueda servir mi experiencia igual que a mi.
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